Milán y Bérgamo en un día y medio
Descripción de la publicación.
EXPRESS
Sandra Mañas
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Milán es una cuidad muy accesible para un fin de semana, de hecho, nosotros la vimos en un día y la mañana siguiente vimos Bérgamo.
El aeropuerto de Bérgamo situado a unos 45 minutos de Milán tiene muchos vuelos baratos, en este caso volamos con Ryanair por 36€ ida y vuelta por persona.
Para ir del aeropuerto de Bérgamo a Milán estación central compramos los billetes de autobús desde España así te aseguras una plaza porque se llenan muy rápido. No compré ida y vuelta porque volvíamos desde Bérgamo.
Desde Milán estación central coges el metro hasta Duommo, un billete individual solo de ida cuesta 2€. En Duommo nos reunimos para comenzar el free tour. Es un tour muy completo, la historia de la ciudad te la comienzan contando en la piazza del mercanti, rodeada de edificios históricos como el Palazzo della Ragione; ves las ruinas del palacio imperial de la época de Maximiano, la plaza Affari con su pintoresca estátua (ver en las fotos, se identifica rápidamente) rodeada de la bolsa (bajo la cual hay ruinas romanas) y edificios de bancos. Caminamos hasta el teatro de la Scala conociendo la historia del teatro y la zona. Después fuimos al palacio Sforza y nos contaron unas cuantas leyendas (la de la dama velada de negro y otros fantasmas). Por último tocaba conocer la historia del Duommo, donde comienza el tour y donde acaba.
Al final del tour era la hora de comer y nos recomendaron Gino Sorbillo donde hacen pizzas napolitanas. Bueno, fue una experiencia espectacular, estaban riquísimas, nunca había probado nada igual. En Milán te cobran unos 2€ por el servicio, las pizzas tienen un coste muy normal, entre 10-15€.
Después de comer fuimos hacia Navigli, el barrio de los canales, en tranvía que se coge cerca de duommo. Recorrimos los canales y sobre las 18 nos sentamos en un bar a tomar algo. Nos habían dicho que podías tomar algo y ponen un buffet por 10€. Pasamos un buen rato charlando y merendando-cenando al lado del canal.
Quisimos ver el Duommo de noche así que volvimos y de allí fuimos en metro a la estación central de Milán para coger el tren hacia Bérgamo.
Llegamos de noche a la estación de Bérgamo y paseamos hasta el hotel por la calle principal, viendo edificios preciosos iluminados. Ya en ese paseo Bérgamo me enamoró. Nos alojamos en Bergamo Inn 43, un hotel precioso situado en un edificio antiguo porticado.
Nos quedaban unas pocas horas para ver Bérgamo. Compramos el bono de transporte de 24h que incluye el aeropuerto por 5€. Así puedes subir tanto en funicular (como nosotros hicimos para tener esa experiencia) como en autobús. Caminamos hasta el funicular y subimos a la ciudad alta. Llegamos hasta información al turista y decidimos preguntar qué era mejor ver en tan poco tiempo, nuestra sorpresa fue que nos dijeron que podíamos verlo todo de sobra. La recorrimos caminando, viendo su plaza principal, la piazza Vecchia, donde se encuentra la basílica de Santa María la mayor, la capilla Colleoni y la catedral de San Alejandro, todo ello al lado del palazzo della Ragione. Fuimos en busca del funicular que sube al castillo. Paseamos por la fortaleza, subimos la torre y disfrutamos de las espectaculares vistas.
A la hora de comer cogimos un trozo de pizza y ya está, hay muchas panaderías con un montón de pizzas y dulces, así que como antes ya habíamos picado, no teníamos mucha hambre.
Desde la ciudad alta cogimos el autobús al aeropuerto, y menos mal, a medida que bajábamos se llenaba y no cabía ni un alfiler... Es un trayecto de poco más de media hora, así que se agradece ir sentado.
Resumen
Autobús aeropuerto Bérgamo- Milán estación central: terravision
Tren Milán estación central- Bérgamo: trenitalia
Bérgamo- aeropuerto bérgamo: autobús línea 1. El billete se compra en la máquina de cualquier estación de funicular y en la estación de tren.
Dónde comer en Milán: Gino Sorbillo
En el tiempo que estuvimos en Milán podríamos haber entrado en el Duommo sin problema, eso sí, llevar las entradas compradas con antelación, igual que si queréis ver la última cena. A nosotros no nos apetecía, nos dejamos llevar por la ciudad que nos envolvió. Había unas rebajas espectaculares en las tiendas y las recorrimos, nos sentamos en terrazas a tomar algo y nos relajamos mucho. Hicimos un turismo diferente al que estamos acostumbrados y no nos arrepentimos para nada, es lo que nos apetecía y lo que necesitábamos. Por eso insisto tanto en todos los posts que cada uno tiene que adaptarse a sus preferencias y necesidades. Esta es una ciudad perfecta para los freetours, no es nada cansado recorrerla caminando.





























